Entrando en el milenio XXI con una trepidante carrera de obstáculos y cambios. Ya pasamos la famosa cúspide astrológica del 2012. Algo está pasando que hace irreconocible muchos de los escenarios del mundo, ya sean familiares, sociales, culturales o políticos.
La Navidad de mi infancia nada que ver con la actual y posiblemente con la de nuestros nietos del futuro. Muchos de nosotros ya crecimos con padres que no eran cristianos practicantes sino obreros supervivientes a la era industrial, otros quizás si. La Navidad era una buena excusa para reunirse con muchos familiares, darle fuerte a la zambomba, a la botella, al plato y acabar encima de la mesa bailando, una vez perdida la vergüenza del rictus ebrio.
Después con el movimiento Hippie llegaron los Gurus de Oriente, como si de los reyes magos se tratasen nos trajeron las prácticas orientales como el yoga y la meditación. Algunos sustituimos la psicodelia por la disciplina del vegetarianismo y los ejercicios exoticos transcedentes.
Lo poco que quedaba del niño bautizado y “aostiado” en la comunión se hizo de una nueva religión de la India. En mi caso el destino me llevó a ser el primer Sij español. Qué susto se dio mi santa madre cuando por primera vez me vio vestido con un turbante y vestido totalmente de blanco. Llegaba de una estancia prolongada en el primer ashram de Kundalini Yoga en Europa, localizado en Ansterdam.
Mi Navidad actual ya no es mía ni de mi familia que creía en el festejo de villancicos con los pastores alrededor del portal del niño dios. Ahora hay un tal Santa Claus que encontramos en las puertas de los grandes almacenes, dicen que le puedes pedir lo que quieras y que lo trae a casa mientras duermes.
Como sij me dicen que celebre el nacimiento del décimo Gurú que coincide en las mismas fechas. De mi maestro aprendí que ante todo sea ser humano y estoy aprendiendo a celebrar lo que soy. El Espíritu que no niega nada, ve a Dios en todo.
Feliz Navidad. Feliz Felicidad. Que el nacimiento del Ser Humano sea celebrado con sus virtudes y defectos. Que aspiremos a mejorar perdonando lo peor. Nos traigan de regalo mucha paciencia, tolerancia y flexibilidad creativa.
Que cantemos y bailemos que se acaba el mundo… Tú mundo! El creado por tu mente y la de los otros. Sin humor no hay amor. Jo jo jo!
Maestro Kartar