El oficio de enseñar a ser Profesor de Kundalini yoga siguiendo las enseñanzas del Maestro de la antigua India, el Yogui, es un oficio de riesgo, ya que confronta el ego, con el que no se puede aprender la enseñanza secreta. Éste reacciona, se enfada, se siente atacado, se siente abusado y todo tipo de justificaciones para no hacerse un lado, humildemente aceptar la presencia infinita del ser que le es presentada.
Esto no significa que, puedan haber casos de falsos maestros. Sin embargo el verdadero estudiante no juzga, debería motivarse a investigar cuál es la verdadera Enseñanza y comprometerse a ella. Esta es impersonal y se hace personal al practicarla. Si el supuesto “falso maestro” te transmitió una enseñanza, experiencia y aprendizaje positivo, no perdamos el tiempo en culpabilidades, resentimientos y juicios. El maestro que encuentras es tu espejo. Sin maestro no hay meta, hay samsara, dice la enseñanza. ¿No te gusta? ¡Asignatura pendiente!
Cuántas veces lo hemos experimentado con estudiantes, se apuntan a los cursos con sus expectativas, se frustran posteriormente por qué no les es gustosa la Enseñanza o el transmisor, o bien rechazan y abandonan, o bien se quedan, siguen adelante superando la prueba y entran en un nuevo mundo que les lleva al objetivo de ser Instructor de Kundalini yoga, nuevos ideales y principios rigen su estilo de vida.
La prueba no es solo académica formal, un curso, un examen y un diploma más. Debe existir una vinculación con el mentor que acompaña tu Camino y asegura tu entendimiento de lo supuestamente recibido.
A tu servicio,
Kartar
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